Mis rodillas temblaron
ante la inseguridad de la vida,
los vientos se habian 
conjugado en mi contra,
los truenos rompieron
las nubes,
el cielo estaba mas gris que
nunca, los pelicanos habian 
escapado hacia otras islas,
y el rugido extraño mostro
su poderio.

Mi corazon, al instinto de
mi espiritu busco en las
bellas promesas, alli intactas,
virgenes entre muchas letras, 
y convirtieron  la afliccion 
del trueno, que con su herida
sobre la tierra, descubrio en
 las minas ocultas
un manantial de
bendiciones, y lo que era
tormenta,
se convirtio en flores, y las
nubes rotas, en los rayos 
del sol.

 Los arcos de la esperanza
se pintaron entre el cielo y la tierra

y sonriendo me miraron.

 Mis ojos estaban llenos 
de lagrimas, pero mi 
corazon estaba feliz, porque 
Dios, habia escuchado
mi clamor.