ADORADORES
El libro de Éxodo, en el capítulo 14, describe un momento increíble en la historia de Israel. Los israelitas acababan de salir de Egipto bajo la dirección sobrenatural de Dios. Y ahora estaban siendo perseguidos por el ejército del Faraón.
Los israelitas fueron guiados a un valle rodeados de montañas en ambos lados, y delante de ellos estaba el mar amenazador. Todavía no lo sabían, pero estas personas estaban a punto de exprimentar la noche más oscura, más tormentosa de sus vidas.
Ellos enfrentaron una noche de pánico y desesperación que los probaría hasta el fin de sus límites. Yo creo que en este pasaje de las Escrituras, independientemente de su revelación más profunda, nos muestra cómo el pueblo de Dios se convierte en adorador de nuestro Dios.
Verdaderamente ningún otro capítulo de la Biblia esto más fuertemente. Los adoradores no se hacen durante los tiempos de la abundancia, o en los tiempos soleados y en abundancia, o en periodos de victoria y salud.
Los adoradores de Dios se hacen durante las noches tormentosas y oscuras. Y la manera en que respondemos a nuestras tormentas determina la clase de adoradores que somos.
En el libro de los Hebreos, capítulo 11, se nos da esta imagen de jacob en su vejez. "Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyado en el extremo de su bordón" (Hebreos 11:21).
¿Por qué se le muestra a Jacob de esta manera en sus últimos días? Jacob sabía que su vida había llegado al final. Por eso le vemos dando su bendición a sus nietos. Así que, ¿Qué hace Jacob al mirar hacia atrás, a los eventos de su vida?.
Él es movido a adorar. Ni una palabra dice este hombre. Y así, mientras él se apoyaba en su bordón, maravillado ante la vida que Dios le había dado (él adoró) Jacob adoró a Dios porque su alma estaba tranquila.
Jacob había probado sin lugar a dudas la fidelidad de Dios. Y ahora el patriarca concluyó: "No importa en cuál batalla yo he estado, Dios ha demostrado que me es fiel. Él siempre ha sido fiel. Oh Señor, Dios Todopoderoso, ¡Yo te adoró!.
pastor Jaime Batista Cortes