Reflexiones e Inspiraciones Cristianas
ReflexionesCristianas Aimoo Forum List | Ticket | Today | Member | Search | Who's On | Help | Sign In | |
ReflexionesCristianas > SERMONES > Sermones Tomo III Go to subcategory:
Author Content
Ex_Member
  • Rank:
  • Score:0
  • Posts:0
  • From:Unknown
  • Register:09/21/2018 12:36 AM

Date Posted:02/06/2009 2:42 PMCopy HTML

 


   





http://i453.photobucket.com/albums/qq257/fuentedevida7_2008/Trjs_euvres/SrmBibliques.jpg?t=1235777567

 

  



 
 

Avivando el fuego
 
 
PARTE  V 
 
 Limage
 
 


¿Cómo se aviva el fuego? Muy simple, porque el Señor mismo es el que nos enciende. ¿Amén, hermanos? (¡Amén!). Y el Espíritu Santo mismo es el que nos provee los recursos para ir y mantenernos encendidos, mantenernos en comunión con el Señor. ¿Cómo me mantengo en comunión con el Señor? Sencillo: cuando invoco su nombre y cuando clamo a él, cuando me remito a él en cada momento de mi vida. Cuando estoy a punto de hacer algo y puedo aún confesarme ante el Señor: Señor, sujétame, que estoy a punto de actuar en mí mismo. Estoy a punto de actuar en la carne. Señor, si tomo una decisión hoy día en estas condiciones fallaré, ayúdame, socórreme. Y el Señor responde esos clamores. Mantenerse en comunión con el Señor y en comunión con los hermanos.

Se nota cuando alguien se enfría. Empieza a decir algo como esto... Cuando a alguien se le apaga el fuego dice: "Yo sirvo al Señor a mi manera. Hermanos, yo me he apartado un poco de la iglesia, pero no crea que me he apartado del Señor". ¡Esa es una mentirilla! Y se está alejando tanto del Señor que ya no siente ganas de estar con los hermanos. Pero cuando el fuego arde, no importan las circunstancias, no importa el problema, tú lo dejas todo y quieres estar allí con tus manos alzadas, tus ojos cerrados y tu lengua diciendo: "¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios todopoderoso reina!". Digámoslo otra vez: "¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios todopoderoso reina!". ¡Bendito sea el Señor!

Así se aviva el fuego, hermanos: oyendo con fe la palabra de Dios, compartiendo a Cristo, mirando las Escrituras, atesorando la palabra. Esto se lo dice Pablo a Timoteo en medio de la apostasía y en medio de la decadencia de muchos que ya estaban comenzando a abandonar el camino del Señor. Muchos quedaron atrapados en un fuego de prueba, muchos cayeron ante la primera tentación que les vino.

Oh, hermanos, ¿qué está pasando hoy día, qué fuegos extraños hay hoy día? Hermanos, cuando el amor de muchos comienza a enfriarse -se empieza a enfriar el amor de muchos, esa es una realidad, una señal de nuestros tiempos- también el fuego de Dios en estos días es reemplazado por una música muy especial, por un cantante muy especial, por una voz muy refinada. Yo doy gloria a Dios por los músicos que adoran al Señor en espíritu y en verdad. ¡Gloria a Dios por cada siervo y sierva de Dios que él usa para cantar y alabar el glorioso nombre del Señor, pero cuando eso sale del corazón! Líbrenos el Señor de refinarnos en la carne y cantar como un címbalo que retiñe. Un coro canta bien igual, un músico clásico también puede emocionar. Vivaldi, con sus Cuatro Estaciones, emociona a cualquiera. Beethoven, con la Novena Sinfonía y su perfección, puede emocionar a muchos. Ésos son los fuegos extraños que hoy día hay en muchos ambientes cristianos. El Señor nos libre de los comerciantes de la música, el Señor nos libre de los fuegos extraños que tocan sólo las emociones, que excitan los sentidos, pero en realidad cuando termina la música, la depresión vuelve y no hay verdadero fuego interior. El Señor use a nuestros músicos, y doy gracias a Dios por ellos. No te vuelvas frío, no te vuelvas tibio, no te vuelvas ...

Hermanos amados, estén ceñidos vuestros lomos y vuestras lámparas encendidas, dice el Señor. Ceñidos, porque estamos preparados. Preparados para toda buena obra, preparados para darle testimonio a quien se nos ponga por delante. Ceñidos, como los israelitas cuando iban escapando de Egipto. Nosotros estamos escapando del mundo. No queremos acomodarnos a las cosas de la tierra, ¡nosotros queremos estar todos los días vestidos de Cristo, ceñidos! ¿Amén, hermanos? (¡Amén!). Nos alimentamos todos los días, tomamos desayuno, almorzamos, cenamos. Pero, ¿cuánto de Cristo comemos cada día? Hermanos, estemos preparados, estemos ceñidos. ¡El Señor viene! Y la lámpara ha de estar encendida. Una lámpara tiene fuego adentro. Necesita combustible, y estar encendida. ¿Estás encendido, hermano? (¡Amén!). ¿Te encendió Cristo un día? (¡Amén!). Que no falta entonces el aceite del Espíritu. ¡Aleluya, hermanos, hay suministro, hay abundancia del Espíritu del Señor para todos nosotros! Para que podamos resplandecer... Esta palabra la leo ...

Filipenses 2:12: "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros" ... Ahí está el fuego, hermanos, más que nosotros mismos es Dios que, en nosotros ... produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas ... Oh, Señor, líbranos, líbranos de toda murmuración, líbranos de toda contienda ... para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa ... irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha, ése es nuestro llamado, hermanos, en medio de una generación maligna y perversa ... en medio de la cual resplandecéis ... ¡Aleluya! Así quiere vernos el Señor, resplandecientes ... como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida". Así se resplandece, cuando estamos asidos, tomados de la palabra de vida.

Un pueblo propio

Oh, hermanos, con esta cita sí que termino. Epístola de Pablo a Tito 2:11-14. "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras".

Cada vez que leo esta palabra, siento que somos llamados a ser ese pueblo. Un pueblo propio. Amén, hermanos. No un pueblo apegado a la tierra, no un pueblo con gloria terrenal, no un pueblo con nombre siquiera. Porque los nombres nos asocian a la tierra, los nombres le dan una gloria humana a las instituciones cristianas religiosas. Pero el Señor quiere tener un pueblo propio que no se identifique con nada ni con nadie más que no sea con su glorioso nombre. Un pueblo que tenga todas sus fuentes en Dios. Un pueblo que arda, un pueblo propio, celoso de buenas obras. ¡Amén, hermanos! Un pueblo encendido, porque así nos quiere ver el Señor.

Que nadie camine por miedo. Que nadie venga a la reunión porque le tenga miedo al infierno. Que nadie venga por la obligación, porque lo traen. Hermano, el Señor quiere vernos encendidos, porque sólo el que está encendido puede encender a otros. No un pueblo que camina por obligación, sino uno que sigue ardorosamente, ¡aleluya! a Aquel que lo dio todo por nosotros. ¡Gloria al nombre del Señor, hermanos!

Cristianos de remolque

Hermano Rafael, me acordaba estos días, pensando en esta palabra, en lo que significa un auto que no arranca. Tiene problemas, tiene las ruedas, tiene el volante, tiene la revisión técnica, tiene todo en posición, pero no parte. No hay fuego en los cilindros, el pistón se mueve, pero no hay explosión, no hay chispa, no hay vida. Hay que remolcarlo. ¡No seamos cristianos de remolque! Que hay que engancharlos y amarrarlos firme y tirarlos para la reunión, tirarlos para que entreguen una ofrenda. ¡Por favor, no quiero tirar ofrendas! ¡Líbranos, Señor, de esto! Antes bien, con gozo, como deseando participar en la obra del Señor. ¡Ay de aquellos que explotan y hacen mercadería de los cristianos! ¡Ay de aquellos cristianos que se dejan seducir! Nosotros queremos seguir al Señor de todo corazón y quisiéramos decir: "Hermanos, yo quiero ofrendar, yo quiero participar". Oh, Señor, socorre a tu pueblo, porque la mezquindad también es una manifestación de la tibieza.

No queremos ser cristianos de remolque, que hay que atarlos con cuerdas para que puedan venir. O que el Señor mismo tiene que mandarles una prueba grande para que se humillen; si no, permanecen altivos y soberbios. No seamos cristianos de remolque, que no tienen fuego propio, que no arrancan nunca, hay que empujarlos o tirarlos. Hermanos, al principio puede ser así. Al toque, partir, y luego avanzar con los creyentes. ¡Aleluya! ¡Allá van los hijos de Dios, allá voy yo también! Va a haber una reunión de hermanos, ¿hermano, yo puedo ir? ¡Hermanos, yo también quiero estar! Porque el fuego del Señor me impulsa, no camino por el fuego tuyo, sino por el fuego que el Señor encendió también un día en mi corazón. ¡Bendito sea el nombre del Señor!

¡Aleluya, hermanos! No estoy hablando una palabra extraña. Los discípulos al principio estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo. La iglesia no ha de terminar moribunda, apagada, no como un pábilo humeante. Hermano, el Señor quiere arder en ti también. ¡Amén, hermanos! Conozcamos esta dimensión gloriosa de nuestro Dios. En realidad, esta palabra es la misma palabra dicha de otra manera, pero el fuego de Dios ya se nos metió adentro 

 
 

Limage

 

Compartiendo bendiciones

Recopilo

 

 

 

http://i453.photobucket.com/albums/qq257/fuentedevida7_2008/Trjs_euvres/Mayte.jpg?t=1236188953

 

 http://forum2.aimoo.com/ReflexionesCristianas/Sermones-Tomo-III-1-48954  

 


      

                                                                                                  



 






 

 

 

center>Reflexiones e Inspiraciones Cristianas
Copyright © 2000- Aimoo Free Forum All rights reserved.