Con los ojos de Jesús El propósito de la vida de un creyente es ser como Jesucristo, pero a veces las circunstancias que vivimos no nos son favorables y retan nuestro caráter, nos sentimos desafiados y es un hecho que estamos en una guerra, para hacer morir al viejo hombre y buscar que Cristo crezca en nosotros. Sin embargo muchas veces no solo tenemos que enfrentar algún infortunio, sino también relaciones sociale que hacen parte de nuestra humanidad, nuestro vínculo con nuestros amigos, familiares y hermanos, muchas veces se ve afectado por las obras que hacemos mal o aquellos actos negativos de otros que nos afectan y que coaccionan nuestro comportamiento y causan un retroceso en esa preciosa meta de ser como el Señor. Sabemos que Dios lo ha prederteminado todo y que su voluntad es buena, agradable y perfecta pues siendo Sus hijos es Su deseo que seamoa como Él es. Sin embargo muchos de nosotros nos impacientamos cuando las cosas no salen como esperamos, y no entendemos porque los que estamos a nuestro lado nos hacen daño y no menos importante el porque aunque no queramos lastimarlos o pecar contra nuestros prójimos terminamos haciéndolo. La convivencia no es nada fácil pero Sios en Su Palabra ha dado pautas para poder manejar las situaciones de manera mucho más sabia y poner los ojos en las cosas celestiales más que en las terrenales. Se trata de poner los ojos en Jesús, de tratar a los demás como el Señor lo haría, y agradarle en esto. Cada vez que nosoros nos quejamos en contra de nuestro hermano, terminamos sin quererlo atacando la obra de Dios y cuestionando el proceso que Dios opera en cada persona pues Él es quien da el crecimiento en cada uno. "Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia" Salmo 127:1. Jaime
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