Escribió el gran poeta mejicano, Amado Nervo en su hermoso poema:En paz
Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo vida, porque nunca me diste espernzas fallidas' ni trabajos injustos, ni penas inmerecidas.
Porque veo al final de mi rudo camino que fui el arquitecto de mi propio destino.
Amado Nervo en estos versos expresa una gran verdad que muchos no quieren reconocer. Somos los únicos responsables de lo que hacemos en esta vida, pues somos nosotros quienes al final tomamos las decisiones.
Podemos ser influenciados, tentados, manipulados como marionetas, podemos estar bajo la influencia de los demás, por la herencia, por las circunstancias, por la influencia de demonios, pero al final quienes decidimos por dónde caminar somos nosotros.
Nuestra vida actual, alegre o triste, grandiosa o desdichada es el producto de las buenas o malas decisioines que realizamos. Nadie tiene la culpa de lo que pienso, de lo hablo, de lo que hago.
Algunos, en forma muy simplesta, dicen que Dios ha determinado lo que somos, lo que hacemos, lo que haremos, los griegos fueron muy responsables de esta actitud, en la tragedia, Edipo Rey se plantea que somos presa del destino, que no podemos escapar del mismo. Edipo Rey, por más que trató de escapar del destino, no pudo. De esta forma algunos concluyen que no seresmos castigados por algo que el mismo Dios determinó.
Sería cruelmente injusto, que la raza humana pagara el precio por algo que ya fue determinado. Culpan a Dios hasta de una gripe, culpan a Dios de todo cuanto ocurre, nunca la humanidad ha aceptado responsabilidad por sus actos. Eso comenzó en el mismo principio. Eva no aceptó su culpa, Adán no aceptó su culpa y la serpiente no tenía a quién acusar. Así que nada ha cambiado. La actitd siempre ha sido la misma. Echar la culpa sobre otros de nuestras propias acciones.
Si uno no profundiza seriamente, estaría de acuerdo con esas voces que acusan a Dios. Mi sobrina me dijo un día cuando le habla del sacrificio de Jesús: "Si Dios sabía que lo iban a crucificar, ¿Por qué lo envió a este planeta para ser crucificado?, son las mismas preguntas formulada por Satanás para sembrar la duda, la desconfianza y hasta cierto punto responsabilizar a Dios de todo.
Podemos hasta cuestionar a Dios por haber creado a Satanás. ¿Por qué no lo destruyó cuando se rebeló?, podremos decir que si él determina el destino de los seres humanos, entonces no nos debe culpar, ni condenar. Hay miles de argumentos, miles de preguntas, miles de cuestionamiento. Pero debemos preguntarnos:¿Quiénes somos para cuestionar a Dios? ¿Puede la obra creada cuestionar al Creador de la obra?¿Puede una escultura cuestionar al escultor, por qué la moldeó de esa forma? De esa misma forma que no podemos cuestionar al dueño de una famosa pintura, de un hermoso palacio, de una obra de la literatura que la destruya, tampoco nosotros podemos cuestionar a Dios.
Pero fuera de esos argumentos, quizás argumentos flojos, ilógico, no importa cuántos sean y cuan verosíles sean, lo cierto es que Dios nada tiene que ver con el destino de los seres humanos. Dios no puede tomar decisiones por nosotros, pues su Palabra afirma que somos libres, que fuimos dotados del libre albedrío, que es el ser humano quien decide el rumbo de sus vidas.
Dios conoce nuestro destino porque el conoce todas las cosas, porque puede mirar a través del tiempo, pero una cosa es saberlo y otra cuestión es determinarlo.
Dios nos conoce desde nuestro nacimiento, aun en el vientre de nuestars madres, y puedo escogernos, no porque somos privilegiados,sino que Dios puede ver nuestro futuro y saber qué tomamos la decisión de seguir su camino, Dios sabe quiénes han de ser obedientes, quiénes le han de permitir intervenir en sus vidas, Dios lo sabe todo, pero no determina nada sin el concentimiento de los seres humanos. Si un hombre camina bajo la luz fue una decisión personal, porque amaba a la luz y no a las tinieblas. Jesús está a la puerta del corazón de todos los humanos, pero nunca abre la puerta, sino que toca, corresponde al ser humano hacer uso de su libertad para abrir o mantener la puerta cerrada.
El poeta tenía razón: "Somos los arquitectos de nuestras vidas". Dios es umn observador y no entrará en acción a menos que nosotros le pedimos que lo haga. El destino no está, ni determinado, ni tampoco Dioss es el responsable, el destino es la consecuencia de nuestros actos y decisiones del presente. Si caminamos en las sombras y cultivamos el hombre carnal, el fruto será carnal y cubierto de sombras, si andamos en la luz y caminanos con el hombre espiritual, entonces estaremos cerca de Dios y seremos bendecidos para siempre. ptr. Jaime |