El camino sin Dios

Luego que el pueblo de Dios lo rechazara por un rey la comunicación con los judíos cambió sustancialmente. Desde la misma creación el hombre tenía un contacto directo con Dios. Dios le hablaba directamente y les daba sus mensajes. Lo hacía en el huerto del Edén, lo hizo con Noé, lo hizo con Abraham, Isaac, Jacob, y con Moisés, quien fue él que más cerca estuvo de la presencia de Dios.

Así que esa comunicación estuvo presente entre Dios y los hombres. Dios es un ser viviente, inteligente, un ser Todopoderoso, que está en todas partes y que lo sabe todo.
Por muchos años Dios personalmente hablaba con sus siervos.

Pero Israel se cansó de Dios, le dio la espada, claudicó, se alejó detrás de otros dioses, de Baal, Asterot, Asera, y muchos otros. Levantó altares, sacrificó animales a los demonios y fiinalmente deseó tener un rey como las demás naciones.

Y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.

Pero no agradó a Samuel estas palabras que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová.

Y dijo Jehová a Samuel" Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.

1Samuel 8:5-7

De todos los momentos narrados en la Biblia éste es uno de los más tristes y desgraciados, no solamente para la nación judía, sino para toda la humanidad. Es la segunda vez que el ser humano decide darle la espada abiertamente a Dios. Primero fue la pareja en el huerto del Edén, Adán y Eva rechazaron la voz de Dios, hicieron lo contrario a lo ordenado, fueron desobedientes y pecaron contra su Creador, y ahora vuelve la humanidad a recharlo de nuevo.


Dios le dijo al profeta Samuel que estaba muy contristado: Haz lo que el pueblo te mande, pues no es a ti quien han rechazado, sino que es a mí a quien rechazan. Israel prefirió ser gobernado por un hombre y no por Dios.Era el único pueblo que tenía ua teocracia, único pueblo dirigido personalmente por Dios. Pero Israel se olvidó cuando eran esclavos de los egipcios, se olvidaron de aquella noche gloriosa en la cual fueron libertados del yugo opresor, se olvidaron como fueron librados de Faraón y su gente, se olvidaron de la nube y la columna de fuego que los protegía, se olvidaron de Moisés quien abrió las aguas del mar para que pasaran, se olvidaron de como Dios los alimentó en el desierto, se olvidaron de la nube sobre el Sinaí mientras Moisés recibía los Diez Mandamientos, se olvidaron del Arca que les permitía ganar las batallas contra sus enemigos, ellos se olvidaron de hablarles a sus hijos de las maravillas que vieron hechas por las manos de Dios.

Israel, no solamente se olvidó de Dios, si no que prefirió seguir a Baal, Astarot, a Asera y a muchos otros dioses falsos. Adquirió las malas costumbres de sus enemigos y levantó altares por todas partes y sacrificó animales a los demonios. Israel le dio la espa;da a Dios, pero Dios continuó enviando a sus mensajeros los profetas.

Pero mientras Dios les enviaba profetas con mensajes divinos, ellos no los escucharon sino que los mataron, los perseguían y no creían en sus mensajes.

Entonces se levantaron falsos profetas por todas partes llevando mensajes torcidos, hablando cosas de sus corazones, mintiendo y empujando al pueblo a la idolatría. Los falsos profetas eran el veneno del pensamiento judío, del pensamiento de los reyes que les escuchaban. Los falsos profetas eran los consejeros espirituales de los reyes de Israel. Ellos se encargaron de llevar el mensaje que los reyes querían escuchar.

La misión de los profetas de Dios era anunciar la llegada del Mesías, del Ungido de Dios. Todos llevaban el mensaje de alerta para Israel y el mensaje de la promesa de un rey eterno. Pero ellos no escucharon a los hombres de Dios, sino que los persiguieron y los mataron.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados!¡Cuantas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas y no quisiste!
S. Mateo 23:37

La maldad de los judíos nunca ha cesado. En tiempos de Jesús también degollaron a Juan el Bautista. No solamente mataron, persiguiero, encarcelado y torturado a los profetas que Dios les había enviado, sino que Dios envió a su Hijo, pero también fue rechazado, lo acusaron, trataron de apedrearle varias veces y finalmente lo ejecutaron en un madero.

La nación judía tiene la marca de la sangre de todos los profetas de Dios y la sangre de Jesucristo. Ellos tuvieron el privilegio que ninguna nación ha tenido, sentir la presencia de un Dios viviente, un Dios poderoso que los ha guardado durante estos seis mil años. Pero ellos traicionaron el amor de Dios, rechazaron al Mesías y recibieron al homicida. Ellos prefirieron escuchar a los falsos profetas y no a los profetas de Dios.

La historia de Israel es la historia de la humanidad. Escuchamos a los falsantes y no a Dios. Hoy Dios no levanta profeta alguno.¿Para quá Dios va a levantar un profeta en nuestros tiempos cuando ya todo lo que Dios quiere que sepamos está escrito?¿Para qué Dios va a levantar un "mensajero" en nuestro tiempo si la Iglesia Universal, la iglesia de Jesús es dirigida por el Espíritu Santo? Los profetas no tienen razón de ser. Si alguno se proclama "profeta", no viene de Dios, no importa el mensaje que traiga, ya no hay nuevos mensajes, sino obedecer lo que está escrito en las Sagradas Escrituras.

Jesús fue muy claro al caracterizar el último tiempo. Allí reunido con sus discípulos en el monte de los Olivos les dijo:

Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. S. Mateo 24:4-5

Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos.
S.Mateo 24:11

    Jaime