Introducción:
Este pasaje no se puede meditar sin tomar en cuenta los trece versículos anteriores para poder entender la trascendencia del hecho histórico de la encarnación.
No confundir “encarnación” con “reencarnación”. “Encarnación”, tiene que ver con el acto histórico, glorioso, en el cual la Segunda Persona de la Trinidad se hace carne humana como Ud. y como yo; “reencarnación” tiene que ver con la doctrina satánica importada de la India y que afirma que el hombre puede vivir muchas vidas a través de nacimiento, muerte y nuevo nacimiento, etc.
El escritor sagrado nos enseña que el Verbo es eterno y por tanto es Dios. (v. 1).
El escritor sagrado nos enseña que el Verbo es creador y por tanto es Dios (v. 2). Solo Dios puede crear el hombre sólo trasforma la materia.
El escritor sagrado nos enseña que el Verbo es fuente de vida (v. 4). El ser humano no tiene control de la existencia, pero Dios genera la vida. Se demostró en la resurrección de Lázaro.
El escritor sagrado nos enseña que el verbo no comulga con el pecado (v. 5).
El v. 14 nos habla del Señor Jesús.
I. Su humanidad (v. 14a).
“Aquel verbo se hizo carne”
Contra la herejía gnóstica del docetismo. A finales del siglo I, ya estaba incipiente el movimiento herético antibíblico del Gnosticismo y que tuvo su máximo desarrollo en el segundo siglo. Dicha doctrina afirmaba que el Señor Jesús sólo fue mera apariencia y por lo tanto no fue verdad su muerte expiatoria. En toda la teología juanina se enfatiza constantemente la verdad bíblica de que Jesús fue cien por ciento Dios y cien por ciento Hombre.
La manera en que se hizo carne: Por nacimiento virginal.
El momento de la encarnación: Gálatas 4:4 nos afirma que “en el cumplimiento del tiempo” se efectuó la encarnación.
El propósito de la encarnación:
Salvar a los pecadores (I Timoteo 1:15)
Para destruir las obras del Diablo (I Juan 3:8)
Para enseñarnos que se puede obedecer a Dios en medio de la hostilidad (Juan 1:5) (Hebreos 5:7).
II. Su habitación (v. 14b).
“Y habitó entre nosotros”
Considere los siguientes versos:
I Timoteo 6:13-16
Colosenses 1:15
Quiero contarles una ilustración de un hermano misionero que fue llamado por el Señor a evangelizar a los Beduinos en el desierto Arábigo. Este hermano misionero hizo lo siguiente:
Puso su tienda entre las tienda de los peregrinos del desierto. Estas personas no tienen morada fija, sino que vagan por los desiertos en busca de pasto para sus rebaños.
Caminó con ellos
Aprendió la lengua
Se vistió como ellos
Comió su comida
Comió carne de cabra asada sobre estiércol de res. En esos lugares como no hay leña lo que se hace es secar el estiércol de ganado para usarlo como combustible.
Bebió leche de camella.
Absorbió su cultura, etc.
Lo que acabamos de afirmar de este hermano misionero con un corazón muy especial es una ilustración muy linda de lo que hizo nuestro Señor Jesucristo de encarnarse para incorporarse a nuestra historia, cultura y las penas de la vida. Y todo para expresar el profundo amor de Dios por los pecadores.
III. Su hermosura (v. 14c).
“Y vimos su gloria… lleno de gracia y de verdad”
Conclusión:
El Señor Jesús se humanó para hacer posible la redención de todo ser humano. Debemos venir en profundo respeto y adoración ante nuestro Salvador porque El por amor a nosotros se hizo Hombre.
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