Muchas veces nos cuesta transitar estos tramos de nuestra vida ¿verdad amigo?, pero al igual que muchas de las dificultades que se nos presentan, estos tramos son necesarios para nuestra preparación. A veces nos preguntamos ¿preparación de qué, o para qué? No sé si tengo la respuesta pero creo que en el largo moldear de nuestra nueva criatura necesitamos los diferentes tipos de temperatura para alcanzar el temple necesario para estar preparados para toda buena obra.

Recuerdo como se templa el acero y creo que quizás este relato nos ayude a todos.
Primero el hierro dulce, llamado así por su capacidad de ser moldeado, es calentado y forjado, es decir golpeado luego de estar al rojo vivo en la fragua, hasta darle la forma deseada. Luego se lo sumerge en aceite para darle el temple y la dureza hasta llegar a ser acero y el enfriamiento final ocurre en agua.

Si nos ponemos a pensar ¿cuántas veces necesitamos el suave enfriar del Espíritu santo cuando salíamos de la ardiente fragua de la vida? Tal vez esa situación en la que no encontramos respuesta, en el fuego de la calumnia o las brasas de la traición. En esos momentos que tenemos ganas de tomar nuestra defensa y esgrimir nuestra razón y Dios que nos habla y nos dice NO.

Nosotros no entendemos y solo podemos sentir la suavidad de su presencia enfriando nuestros ardientes pensamientos, y no sabemos cómo hasta que llegamos a comprender cada vez mejor esas palabras que el mismo dijo en el momento de mayor dolor y traición: "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen...".

Con el transcurrir del tiempo, mi amigo, cada vez te haces mas cercano del fuego hasta que llegas a amarlo, porque sabes que cuanto más entres en él, más cerca está el tiempo de tu nueva forma, la que el concluirá cuando llegues a la "estatura del varón perfecto"
Quizás pienses que eso está muy lejano y te lamentes por todo lo que resta. No pienses así, simplemente somos carne y seguramente vamos a errar. No dejes de recordar esto también para otros y cuando aprendas a sumergir en el tanque de la ignorancia a los que te hieren y lastiman, aun a los que te traicionan o te juzgan, verás como aprenderás a encontrar el oasis en medio de tus desiertos y estos no serán tan calientes porque sabrás hallar la suavidad de su aceite enfriándote y preparándote para terminar diciéndote "buen siervo y fiel..."

Al fin no estamos tan solos como pensamos ni tan acompañados como creemos. Solo detente un instante en tu camino y sentirás la dulce brisa de sus brazos entrelazándote. Al fin, él mismo dijo que "por cuanto sufrió es poderoso para consolar..."