Fariseo

"El fariseo puesto en pie, oraba consigo mismo de la siguiente manera: Dios te doy gracias porque yo no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros; ni aun como este publicano" Lucas 18:11.

Hace unos años, eran las siete de la mañana y lo pense cuando iba camino del trabajo. Me encontré un hombre muy bebido de cara, insconscientemente pensé "gracias Señor porque no soy como este hombre" Estaba agradecido porque no estaba acosado, como él parecía estarlo.

Mientras estaba trabajando, no podía concentrarme. Aquel permanecía en mi mente y me preguntaba: ¿Debí determe y ofrecerle tramsporte hasta su casa? ¿Habría mucha diferencia en que hubiera tardado cino minutos más en llegar a mi trabajo?.

Me sentía miserable, No podía desayunar. Pase todo el día para que mi actitud no fuera cómo la del fariseo que dijo: "Señor te doy gracias porque yo no soy como los otros hombres...." Luché con la similitud entre nosotros.

Cuándo regresaba a casa esa tarde y pasé por el lugar donde ese hombre había estado, me detube y en mi mente podía verlo andando desequilibradamente. Sentía tanta culpa. Él debió de saber que debía beber tanto. Mis ojos estaban fijos en la acera vacía, imaginaba la escena como si fuera una pelicula.

¿Si me hubiera parado a ayudarle? Tal vez me hubiera visto algún compañero del trabajo y hubiera sentido verguenza. Recordé entonces la historia bíblica del hombre que fue robado y dejado por muerto y que el sacerdote y el levita no se detuvieron para ayudarle. (Lucas 10:30-37).

Esa mañana perdí la oportunidad de convertirme en los brazos de Jesús para alguien necesitado.

Traté de racionalizar que tenía compromisos que cumplir. Pero sabía la verdad; mi corazón insensible no tuvo compasión por una persona necesitada. Ese día decidí que no volvería a ocurrir. Fuí fariseo por un día y eso fue demasiado tiempo. Si no fuera por la misericordia de Dios, yo podía haber sido ese hombre caído en su propio hedor.

Oración: Padre, no quiero caminar cada día e ignorar lo que sucede a mi alrederor. No quiero tener un corazón indiferente para quienes tienen más necesidad. Perdóname si lo he sido. Y dame la capacidad de mostrar que tu amor siempre que tu amor está en mí. En el nombre de Jesús, amén.