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mujervirtuosa8
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Date Posted:02/11/2009 12:15 AMCopy HTML


 

 

 

La sombra, el lado oscuro que todos tenemos

Génesis 28:15, 18; 35:6


La sombra es todo lo malo que tenemos y que no aceptamos en nosotros, pero sí lo vemos y criticamos en los demás.
Todo lo que se critica de otra persona es la sombra.
Mediante la crítica obsesiva y la persecución trato de anular, de matar, de quitar de mi vista aquello que está reprimido en mi interior, y que no quiero aceptar que lo tengo por eso lo persigo y ataco.
Esto se ve bien claro en una pareja, lo que cada uno critica de su cónyuge es lo que oculta de sí mismo.
Un hombre que es racional e intelectual, tiene como opuesto su parte afectiva, y es lo que reprimió, su sombra. Una persona que critica a los autoritarios, tiene autoritarismo dentro de él y lo ataca, lo ve en el otro, pretendiendo que el otro cambie, porque no acepta que es su sombra, la parte mala que tiene reprimida.
Por ejemplo:
-Alguien que no soporta oír llorar a los bebés, tiene llanto que no puede expresar y es su sombra.
-Una persona que es “muy buena”, tiene como sombra la violencia; no acepta que es violenta por eso siempre muestra un perfil de bondad.
-El que se muestra muy servicial, es egoísta.
-El que critica los pecados sexuales es porque, en el fondo, tiene ganas de hacerlo.
-Una mamá que persigue la rebeldía de sus hijos, es porque esa rebeldía está en ella, y el hijo expresa lo que ella no quiere.
-Conocemos familias en las que todos son sanos, lindos, maravillosos, pero tienen un hijo drogadicto o alcohólico o ladrón, y nos preguntamos “cómo puede ser”, es que ese hijo está expresando la locura de toda la familia; todo lo malo de la familia y que no expresa, lo muestra el chico; por eso, muchas veces, los adictos o alcohólicos son los más sanos de una familia.
-Una persona que todo lo analiza, lo razona, que es intelectual reprimió su parte afectiva, entonces no puede aceptar y reconocer que tiene una parte sensible.
-Una persona generosa que paga, da, ayuda, sirve, está reprimiendo a un egoísta.
Todos tenemos una sombra. Todos tenemos lo contrapuesto. Leyendo la Biblia nos damos cuenta que todos tenemos un Caín y un Abel dentro nuestro. Todos tenemos un Jacob y un Esaú; a José –el soñador- y a sus hermanos –que matan a los que sueñan-. Dice Jesús que cuando plantamos una semilla crecen el trigo y la cizaña, es decir, todos tenemos trigo y cizaña; amor y odio en nuestro interior; somos generosos y malas personas; con instintos de ayudar a los demás y egoístas al hacerlo.

Stanley Migram, psicólogo americano, hizo una investigación para demostrar que todos tenemos el potencial de torturar. Tomó a uno que haría de maestro y a un grupo de personas para hacer de alumnos; el maestro debía hacer preguntas a los alumnos y, cada vez que se equivocara, le metería una picana (la picana no tenía voltios, pero el maestro creía que sí); los alumnos sabían que no tenía electricidad y por eso respondían todo mal y actuaban como si recibieran el golpe eléctrico. Llegó a aplicarle a una persona ¡cuatrocientos cincuenta voltios! Cuando el psicólogo le preguntó por qué le había aplicado tantos voltios, trató de justificarse diciendo que el alumno lo había sacado de sus casillas. Eso demuestra que todos tenemos un lado oscuro.
Preguntale al Espíritu Santo cuál es tu sombra.
Este mensaje nació estando de vacaciones, cuando le pregunté al Espíritu Santo por qué detesto la violencia, por qué me enoja tanto que la gente se pelee, no lo soporto. Y vino a mi mente un sueño que se repetía durante muchos años, donde yo corría, escapando, porque me perseguían para matarme. Luego de soñar me levantaba extenuado. Le pregunté al Espíritu por qué soñaba eso, ya que consulté con muchas personas y no supieron explicármelo. Y me respondió: “al que persiguen en el sueño sos vos, y los que persiguen, también sos vos, es tu sombra, la parte violenta que tenés. Para que no te persigan más, tenés que tomar un café con ellos, o sea aceptar tu violencia.”
Inmediatamente, ante esa revelación recordé que, cuando era bien chiquito, un día mi mamá me estaba llamando para que me levantara, y como ella insistía una y otra vez, me levanté muy enojado, le dije “no me molestes más” y le tiré un zapatazo que le pegó en la pierna, entonces mi mamá se puso a llorar. Vino ese recuerdo y el Espíritu Santo me dijo: “Por eso reprimiste la violencia, porque cuando liberaste tu parte agresiva, lastimaste a tu mamá, y como no la ves en vos tampoco lo soportas en los otros. También el Espíritu me trajo a recuerdo que solo dos veces peleé en mi vida y en las dos me nockearon, porque en ambas venían a pelearme y yo les dije “pegá vos primero”, entonces me mataron a golpes. Las dos veces fue igual, no alcancé a pegarles; y entendí que no pegué porque esa es mi sombra.

Todos tenemos sombras.
El mensaje de la Biblia es todos somos pecadores, o sea todos somos malos, todos tenemos pecados, y tenemos que reconocerlo. “Si alguno dice que no tiene pecados hace a Dios mentirosos.” Pablo dice “por cuanto todos… pecaron, están alejados de Dios.” El mensaje de Jesús pide que reconozcas tus pecados, que hay partes malas que, hasta que no las aceptes, serán la sombra que te perseguirá.
El violento, por ejemplo, pone la violencia como su sombra, se muestra suave y comprensivo, pero cuando le rompe la cara a su mujer dice “es que ella me provocó, ella no me entendió.”
Cuando aceptes que tenés esa mezquindad, ese egoísmo, esa furia, esa bronca, vendrá la salvación. Cuando aceptes tus partes malas podrás llevarla a la cruz.
Jesús le dijo a sus discípulos: “si alguno quiere ser mi discípulo -o sea si alguno quiere aprender a hacer cosas grandes-, tome su cruz.”
La cruz es para matar tu sombra pero, primero, tenés que aceptar que la tenés. La cruz no es para matar las partes buenas, la autoestima, la capacidad de soñar, sino para nuestras partes malas.
Salomón dice: “y si alguno guarda su pecado, no prosperará.” Lo que nosotros llamamos la sombra, la parte oculta, reprimida mala, la Biblia lo llama “pecado”. La diferencia entre el bueno y el malo es que el bueno también es malo, pero no ejerce su maldad sino que esa parte mala la lleva a la cruz, la tiene pero no lo expresa. Aceptá tu sombra, porque de lo contrario te perseguirá mientras sigas negándola.
Una persona soñaba que un león lo perseguía, entonces le preguntó al león qué tenía que hacer para que no lo persiga. Y el león dijo: necesito que me acaricies. Ese león era su furia, y hasta que no lo acarició, hasta que no lo reconoció, no desapareció, porque necesitaba aceptación a través de una caricia.
Jacob -quiere decir tramposo-, era hermano mellizo de Esaú; cuando su madre estaba pariendo a Esaú, Jacob lo tomó del talón, porque era tramposo. Crecían y el papá siempre bendecía al hijo más grande, que era Esaú, el primero, entonces Jacob le compró a su hermano la primogenitura, la bendición de la doble herencia, por un plato de guiso de lentejas. Pasaron los tiempos y el papá, ya viejo y además ciego, quiere bendecir a Esaú, por eso lo manda llamar pero se presentó Jacob, fingiendo ser su hermano, adquiriendo la doble herencia del primogénito. Cuando Esaú se enteró comienza a perseguirlo para matarlo, y Jacob tiene que huir.
En esa huida Jacob va a pasar por tres lugares en donde Dios trataría con él.

  • Llegó a Harán, donde está su tío Labán que era un sinvergüenza peor que

él, y Dios lo llevó allí para que Jacob se viera a sí mismo. (Ese al que odiás y perseguís es tu espejo.)
Jacob se enamoró de una de las hijas de Labán y cuando se lo dice, éste le responde que para obtenerla debía trabajar siete años por ella. Cuando Jacob terminó de trabajar esos siete años, su tío le da a Lea, la hermana de la mujer que él amaba, y le dice que, para tener a Raquel, debería trabajar otros siete años.
Veinte años se quedó Jacob con su tío Labán, tuvo hijos de ambas mujeres y de sus sirvientas, prosperó de tal manera allí, que en un momento entendió que debía irse del lado de Labán porque era un sinvergüenza. Se escapó con sus mujeres e hijos, y Labán lo persiguió por siete días y cuando lo encuentra para matarlo Dios le dijo: “no le hagas nada, porque yo lo bendije.”

  • Cuando Jacob escapaba de Esaú, llegó a un lugar llamado Bet-el (luz), allí

tuvo la visión de una escalera donde ángeles subían y bajaban, y Dios le dijo: Te bendeciré, te multiplicaré, no te dejaré hasta que no termine contigo y te traeré de vuelta a este lugar. Jacob ungió la piedra que había usado como almohada y dijo: “Este lugar se llamará Bet-el, casa de Dios.”

  • Cuando Jacob huye de su tío, va a otra ciudad donde se le aparece el ángel

de Dios y pelea con Jacob toda una noche, hasta que en un momento el ángel le quiebra el tendón de la pierna, y Jacob queda rengueando. El ángel le preguntó: “¿como te llamas?”  Y él respondió: Jacob- tramposo; el ángel dijo: “Ahora te llamarás príncipe”. Dios le mostró así que, detrás del tramposo, había un área buena que él no conocía. Saliendo de ese lugar se encontró con Esaú, que estaba muy enojado aún, después de veintitantos años, Jacob se postró y le entregó regalos, entonces Esaú lo abrazó, lloraron y se perdonaron.
Jacob huía de Esaú porque era su sombra, Jacob volvió al primer lugar (Bet-el) pero ya no era igual, estaba rico.

1º- Hay un príncipe dentro mío.
Así como la sombra oculta las partes malas, también oculta tus partes buenas. Dentro tuyo hay un príncipe. Detrás del alcoholismo, de la drogadicción, de tu egoísmo, de tu violencia, de tu vagancia, detrás de todas las cosas malas que dominaron tu vida, hay una imagen de Dios positiva, algo bueno que saldrá a la luz.
Siempre fuiste la oveja negra, la loca, pero hoy no vine para retarte sino para decirte que hay una princesa, un campeón, una persona exitosa, porque puse cosas buenas en tu interior, te hice a mi imagen y semejanza.
Los hijos de Dios somos como la luz de la aurora que va en aumento, en aumento financiero, salud, en éxito porque está la imagen de Dios, el potencial divino, el poder de Dios para lograr el éxito y saldrá a la luz.
Detrás de tus miedos la sombra es tu valor, porque te lo reprimieron, y Dios te dice que hay un valiente dentro tuyo, porque tal como reprimiste lo malo también lo bueno.
Hay personas que no logran disfrutar el éxito, se sienten mal cuando llegan a algo exitoso y piensan “tendría que haberme esforzado un poco más”, porque reprimieron su éxito y deben permitírselo.
Toda la vida te dijeron que eras egoísta, pero hay un generoso en vos porque Dios te hizo a su imagen y semejanza, o sea tenés la cara de Dios.
Cuando Dios vio a Moisés, no vio a un bebé sino al autor de Génesis, Éxodo, Levítico, al mentor de Josué, al libertador de Israel. Y cuando te vio a vos no vio un trozo de carne sino a un exitoso, un genio, un comerciante, un conquistador, y te dice “liberaré al príncipe que está dentro tuyo”.
Lucas Márquez contó la historia de un chico que se orinaba en la cama y su padre sacaba las sábanas a la calle para que cuando pasaren sus compañeros de escuela  supieran. El chico desde muy pequeño, salía corriendo del colegio varios kilómetros, para llegar a su casa y sacar las sábanas antes que sus amigos las vieran. Eso lo hizo durante muchos años. Un día alguien lo vio y le dijo “qué bien corres”; así se hizo corredor profesional y ganó cinco medallas olímpicas. Porque las pruebas van a sacar el príncipe, el potencial, el campeón que Dios puso dentro, porque fuimos hechos a Su imagen.

2º Llegaré a mi destino.
Dios no me dejará a mitad de camino, me llevará al lugar de mi propósito.
Jacob no se quedó a mitad de camino, en Bet-el Dios le dijo: No tenés nada, estás pobre, pero volverás a este lugar, el que te llama te va a entrenar; te mostraré tus partes malas pero también tus partes buenas que nunca liberaste. Yo voy a pelear con vos, aceptarás a tu hermano que nunca aceptaste y liberarás la parte oculta que nunca perdonaste. Volverás porque te llevaré al lugar de tu propósito.

Naciste para algo y Dios no te dejará hasta que no llegues a ese lugar que puso en tu corazón. No te podrás escapar del propósito para el cual Dios te llamo.
Todo fue creado con un propósito. Cuando usas la plancha y no funciona la maldecís porque sólo sirve para planchar y si no cumple su propósito te enojás, de la misma manera cuando no cumplís tu propósito Dios se enoja con vos, porque te creó para algo.
Dios dice: “Te hice para sueños grandes, y aunque ahora no estás funcionando, te voy a arreglar la cabeza, te llenaré de fe, de ideas de oro y echarás raíces, porque te creé para algo y no te dejaré hasta que llegues allí.”
No hay nada más lindo que cumplir el propósito. Un grande en Dios es el que se conectó con el propósito por el que nació.
Miles Munroe, dice: “cuando no conocés el propósito de alguien, lo vas a abusar.”
Por ejemplo, no tomás la plancha para ver televisión, ni para plancharte la cara, porque sabes que la plancha es sólo para planchar, pero cuando no sabes el propósito de algo lo abusas. Cuando te casas, tenés que conocer el propósito para el cual Dios creó a tu esposa, porque no es para que te haga la comida, te lave la ropa o te de caricias a la noche; cuando conoces el propósito para qué fue creado no vas a abusar de ella, y su propósito terminará bendiciéndote a vos.
No fuiste creado con el propósito de estar en una iglesia porque si te vas Dios te va a maldecir, ¡no!, te congregás porque Dios tiene sueños con vos y que vas a lograrlos, volverás al lugar donde El te prometió que lo haría. No sos un hámster girando siempre en el mismo lugar, como muchos cristianos que piden oración por todos lados, girando siempre en el mismo lugar.
Aceptá tus partes malas y crucificalas en la cruz, libera el príncipe que sos; levantá tu estima, que es para la tierra, porque sos imagen de Dios.
Jesús murió a los treinta y tres años, y cuando anunció su muerte Pedro le dijo que no fuera a la cruz, que se quedara con ellos y muriera de viejo, y Jesús le respondió: “Salí Satanás, no me interrumpas, yo vine con un propósito.”
Todos nacimos con un propósito y Dios nos prometió: “no te dejaré hasta que vea lo que te prometí.”
Todos tenemos un Jacob, un tramposo, soberbia, legalismo, y cuando Dios se te revele te identificarás con tus partes malas, no tengas problemas de hacerlo, Dios sabe que hay partes malas en nosotros. Pero con Cristo, esas partes malas llamadas pecado, las aceptamos y decidimos no ejercerlas. También hay un príncipe y Dios te dice: “no reprimas lo bueno que te di, yo te formé a mi imagen, soplé y te di mi aliento en el vientre de tu madre, quiero que lo liberes y uses porque te llevaré a destino.”
Jacob empieza el recorrido del trato de Dios en ese lugar llamado Luz. Dios te va a llevar a la luz para iluminar tus sombras, Él es la Luz y encendió la linterna en tus ojos para mostrarte lo malo en vos, te alumbró para que reconozcas que tu naturaleza está caída pero elegirás que ya no te gobierne sino el Espíritu Santo sea quien gobierne tu vida.
El hombre no es solamente malo por naturaleza sino también es bueno, fue creado a la imagen de Dios, y cuando se encuentre con Dios le iluminará lo malo y lo bueno.
Jacob tenía un piedra y la usó de almohada, se durmió y soñó con una escalera que llegaba al cielo y los ángeles subían y bajaban por ella; Dios le estaba diciendo que hay una conexión entre la tierra y el cielo, el cielo y la tierra, y que Él está en esa conexión, que va a subir y bajar las veces que sean necesarias para tratar con tu vida. Jacob ungió la piedra y declaró, “éste lugar es casa de Dios” porque no tenía nada para darle, le dijo “si me prosperás, yo te voy a dar”.
Estuvo con su tío, trabajó, prosperó, peleó con Dios, se arregló con su hermano y volvió al mismo lugar pero ya era rico, tenía hijos y estaba bendecido.
La piedra que primero tuvo fue una promesa, y cuando volvió al lugar ya no tenía la piedra sino la promesa hecha realidad.
Dios empieza con una palabra y te va a tratar para que cuando llegues al lugar donde te la dio, ya no tengas una palabra sino que esté encarnada en bendición, prosperidad y sanidad. Si Dios te dio una Palabra, cuando vuelvas dirás: “Ya no tengo una piedrita, Dios me bendijo, se cumplió todo lo que me prometió.”
Ungí la palabra que Dios te dio, recostaste sobre esa promesa, porque Dios lo hará.
Si Dios le revelaba el trato que tendría con Jacob se hubiera desaparecido.
Pero Dios le dijo: “te voy a prosperar, ungir, bendecir” y después lo tomó y le alumbró sus partes malas, que tendría que reconocer para reconciliarse con su familia.
Hay familias que están peleados hermanos con hermanos, hijos con padres, y lo que los llevó a la pelea es lo que ellos mismos tienen. Hacé las paces con tu parte mala, pedí perdón a tu familia, reconocé porque Dios te volverá a traer al mismo lugar donde estaba la piedrita pero ya estarás prosperado en todo.
Cuando llegó Jacob al lugar llamado “Luz”, Dios le dijo que lo iba a bendecir, que lo traería de nuevo allí, y ese lugar era Bet-el, o sea “Casa de Dios”.
Cuando volvió ya bendecido le cambió el nombre, fue “El Bet-el”, es decir “Dios es dueño de la casa”. Antes era la casa de Dios, pero ahora Dios es el dueño de su tiempo, de su familia, de sus hijos, porque cuando sos bendecido Dios será el sueño de todo lo tuyo.
Dios prosperó a Jacob cuando estuvo con Labán, luego peleó con el ángel, cuando perdonó a su hermano Jacob ya era rico, ya tenía todo, pero a pesar de eso Jacob estaba triste porque no había llegado al lugar de su propósito. Tu carrera no termina cuando Dios te bendice sino cuando te lleva al mismo lugar donde te llamó y le decís “Sos el dueño de todo lo que tengo”; en el momento que hacés esa oración llegás al lugar de tu propósito. Tu sombra será la parte mala que muere, pero Dios ha venido a despertar tu sombra, lo bueno que has reprimido, tu capacidad de éxito.
Éxito quiere decir alcanzar las metas, Dios te hará alcanzar los sueños. Liberá la capacidad de reír que tenés reprimida, y ese es un privilegio sólo de los humanos.
Los discípulos estaban juntos, de pronto llegó el Espíritu Santo con un estruendo, y fueron llenos, todo lo malo se murió allí, salió todo lo bueno. Lo valiente que Pedro había reprimido, los sueños de avivamiento que había olvidado comenzó a surgir, empezó a predicar y las multitudes se entregaban, hasta su sombra sanaba enfermos mientras estaba orando.
Saldrá todo lo bueno que se ha reprimido en tu vida, y tu sombra positiva, tu imagen de Dios, los dones del Espíritu, la fe y la gloria sanarán a los enfermos y a todos los que se crucen por tu camino.
Príncipe y Princesa prepárense, porque Dios cumplirá su propósito en todos.

Por Bernardo Stamateas

BUENAS NOCHES. ESPERO ESTE MENSAJE SEA DE BENDICION A TU VIDA.

MIGDALIA


 

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