Date Posted:02/26/2009 10:02 PMCopy HTML
NO PODEMOS ESCAPAR DE DIOS El eminente predicador Enrique Ward Beecher dijo que hay “ciertas dificultades con Dios que nos arrastran; y cesarían si nos pusiéramos en pie y fuéramos a donde Dios quiere que vayamos”. A menudo sucede que un hombre que ha cometido un crimen sube en un tren y viaja rápidamente para otra parte; pero a pesar de la rapidez con que se aleja del lugar donde cometió el crimen, hay algo que camina más rápidamente, es a saber, el mensaje telegráfico o el de radio, de manera que cuando llega a su destino, es aprehendido instantáneamente por los oficiales que le han estado esperando largo tiempo. Así Dios con frecuencia sorprende a los pecadores que en vano han tratado de escapar de su conocimiento y retribución. Hubo cierto hombre que mató brutalmente a un recién casado en la ocasión de su matrimonio, habiendo obtenido admisión hipócritamente a las festividades de las bodas. El asesino montó a caballo en la obscuridad de la noche y huyó precipitadamente por los bosques y sendas torcidas. Cuando salió el sol al siguiente día, descubrió que estaba saliendo de un matorral que estaba en frente del mismo castillo del cual había huido, y que inconscientemente había dado una vuelta grande por sendas tortuosas. Se horrorizó: fue descubierto y sentenciado a muerte. Igualmente nos encontraremos cuando pase la noche, siempre en presencia de nuestro pecado y de nuestro Juez, sin valer que hayamos huido muy lejos y muy precipitadamente.
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