Maravilloso

capitan de mi barca,

que al pasar el tiempo

me has enseñado

a confiar en ti.

Como un roble

me has fortalecido

por medio

de las tormentas.

Como un cedro del Libano

fui cortado del bosque

para ser llevado

al templo,

alli donde se canta

con jubilo,

por las victorias

de nuestro Dios eterno.

Eres grande en poder,

eres inmenso en amor,

como los lirios

me haras florecer

y danzaremos

al ritmo del tambor.

Los guerreros de Jehova,

contaran tus maravillas,

y la mar entonara

jubilosa,

las melodias del alma,

como en los dias del exodo,

al saberse libres,

como en los dias

de pasar el rio Jordan en seco,

asi se goza mi alma,

al creer en tu Palabra,

la tempestad se calma,

y como Roble

o como Cedro,

en tu santuario

elevo mi alma,

por la gratitud

de tus cuidados,

por tu fidelidad

y porque siempre

has estado a mi lado.