Te amo

Por Jose Luis Gonzalez

el principe de los poemas

Te amo,

son dos palabras cortas,

que en el universo

son como

dos granos de arena.

Te amo,

son dos palabras

que al compararlas

con lo que por ti siento,

tambien se quedaran

como los dos granos de arena

en el firmamento.

Quisiera decir

lo que esas palabras contienen,

y me formo la idea

al sentirlo

en este momento,

que es como un hermoso complemento,

simulando a las nubes

cuando llevan agua,

o la alegria que sienten

los petalos de una rosa

cuando son pintadas

por el pincel invisible.

Asi llega tu imagen a mi corazon,

invisible,

y te amo cada dia mas,

te amo,

con el deseo de verte,

y de escucharte

no importa el clima,

no importa

si estoy

abajo

o en la cima.

Contigo escalo

el monte mas elevado.

contigo

disfruto,

del sueño anhelado.

Te amo

porque eres asi,

tan preciosa

como la aurora

tan hermosa

como una puesta de sol.

Me encanta la aurora

y tambien la puesta de sol,

que como tu mano acariciadora

es el crisol,

donde me das forma,

haces que surjan versos,

que nazcan canciones,

que los minutos sean segundos

o las horas sean dias,

no se lo que me sucede

cuando te amo.

no se si amanece

o si anochece.

Decir te amo,

es describir,

el gozo

de las aves cuando se elevan,

es tocar las nubes

con las manos,

es navegar

sobre las estelas blancas

de un poema,

es suspirar sobre los labios del viento,

y ver tus mejillas

donde nace el arcoiris.

Decir te amo

es silenciar el sonido del mar

para escucharte a ti.

Es mirar hacia la ventana

e imaginate

pensando en mi.

Es como

cuando se abraza

la tarde con noche,

o como cuando

las olas llegan suaves a la orilla,

Es asi,

como un abrigo en el frio,

porque cuando te amo,

ya no surgen preguntas,

sino que vienen las respuestas,

de lo que es el amor,

 te inmortalizas en mi mente,

y conquistas mi corazon,

construyo nuevos mapas

para llegar a ti,

y cuando te busco,

tu tambien vienes por mi,

nos ponemos de acuerdo,

y las palabras te amo

son tan ciertas,

tan reales,

y la prosas descubiertas,

se convierten

en manantiales.