Date Posted:07/17/2017 7:37 PMCopy HTML
...APRENDAMOS DE LA MUJER VIRTUOSA... Es importante entender lo que oímos, pero también a la hora de expresar la palabra de Dios debemos saber llegar al corazón de las almas, sean grandes o pequeñas. Una mujer completa debe saber transmitir las virtudes de Dios. Ser virtuosa no es ser religiosa. ... ¿Qué concepto tenemos de una mujer virtuosa? De lo que proverbios dice de la mujer virtuosa o completa, hay mucho que aprender. Necesitamos su palabra llevada a la práctica paso a paso, pero sin detenernos. La Biblia tiene que estar dentro del corazón, y en los momentos más delicados saber ponerla por práctica. En un momento de transición de pruebas difíciles, es imprescindible practicar los valores de respeto y educación que habla la mujer de proverbios.
Si buscamos al Señor de todo corazón el nos ayudará a ejercer cada momento los frutos del espíritu. De que me sirve tenerlos todos bien memorizados, si después a la hora de practicarlos en la necesidad, no los exteriorizo. Sin ejercer los frutos no hay tal mujer virtuosa. Una mujer completa no es una mujer “ejecutiva”, pero si es una mujer inteligente que se sabe dejar guiar por Dios en todo momento. “Mujer diez” sabe ejercer la templanza cuando la necesidad es apremiante, y además, considera a Jesús como su única fuente de inspiración. He visto casos de hermanas virtuosas que en situaciones verdaderamente difíciles, no se han defendido. De una mujer virtuosa se aprende más de sus hechos que de su conocimiento mental.
La esposa de un pastor, es imprescindible que sea completa ante Dios. Hagamos todas las cosas siempre de corazón. Un detalle importantísmo de una esposa virtuosa, es saber reconocer cuando Dios castiga su vida o la de su familia. Ser virtuosa es ser probada en todo.
Si nos quejamos quiere decir que no estamos creyendo y ejerciendo lo que la biblia dice. Una mujer que “habla biblia” pero no ejerce lo que dice, realmente debemos apartarnos de ella. Si no ejercemos como esa “mujer diez” que práctica los frutos del espíritu, no estamos aprendiendo nada del “Libro”. La carga que tenemos de responsabilidad en llevar una casa, es enorme y necesitamos armarnos de los frutos de Santidad. ¿Tenemos ganas de agradar a Dios?, pues entonces debemos ser pacientes y buscar su ayuda. El nos capacita cuando ejercemos la palabra. Existen muchos hijos de pastores que no entienden el porqué de tanta presión que viven sus padres y a veces se “rebelan” porque no es fácil de entender el hecho de sufrir las habladurías de la membresía. Dios es bueno y le da “a la mujer virtuosa” la sabiduría de conducir a sus hijos a la paz del Señor.
Una mujer diez sabe escapar por su vida preocupándose por personas realmente necesitadas de Jesús. Las que ya saben lo que el Señor quiere de ellas, no se enredan porque eso es puro mimo y pecado de la carne. Una mujer completa se preocupa de lo que Dios quiere de ella internamente. Debemos ser primeramente mujeres exigentes para con nosotras mismas y pacientes para los que nos rodean, mayormente con los que no conocen al Señor. Esforzaos hermanas en la carrera de alcanzar su plenitud.
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