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Date Posted:05/08/2013 7:00 PMCopy HTML
'CHIQUI CHIQUI CHIQUI CHACA" ( En el tren de los ciegos )
vivencia
Escrito por Dr. Jose Luis Gonzalez Miami, Fl. USA
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Me dirigia hacia el templo a orar, un dia sabado por la tarde cuando me encontre con un ciego, de nombre Roberto, el cual, al escuchar el ruido que hacian mis llaves al caminar, me dijo:
-Disculpe que le moleste, pero podria ayudarme con algo, para comprar alimentos?
Le explique que yo era un ministro de Dios y que si estaba de acuerdo, lo podria llevar al templo y que alla le daria comida, luego tendriamos una oracion y si lo necesitaba, tambien lo llevaria a su casa.
Roberto estuvo de acuerdo, y mientras almorzabamos me comento sobre su vida. El habia nacido en Cuba y a los treinta años habia quedado ciego, ahora tenia sesenta años y vivia junto a otras personas en un hogar auspiciado por el gobierno para personas de bajos recursos y con problemas de salud.
No fue dificil hacerme amigo de Roberto, ya que tenia muchas cosas que contar, y estaba deseoso de ser escuchado.
Pasamos casi toda la tarde en el templo y luego nos fuimos caminando hacia su hogar. Le pedi que me presentara al administrador de la institucion, y le comente sobre como habia conocido a Roberto.
El administrador me dijo que a Roberto le gustaba tomar cerveza y que por esa razon se "escapaba" para ir a pedir dinero a la calle.
Le dije que si no habia problema, yo podia pasar los domingos por Roberto, para que asistiera a la escuela Biblica y que me hacia responsable por el. me respondio que no habia problema, y que al contrario, eso le ayudaria a evitar el aburrimiento, del cual padecian todos en el hogar.
Ingrese a las instalaciones, y vi a muchos hombres y mujeres, unos sentados sin hablar, otros y viendo la television, ya que no todos eran ciegos.
Me marche, impresionado por las escenas que vi, era como si el tiempo se hubiese detenido para ellos, vivir o existir, no se cual es la diferencia.
Llego el dia domingo, y sali en mi vehiculo, alli estaba Roberto, esperandome, con señales visibles de que se habia bañado ya que el primer dia que lo vi, apestaba como a un burro sin bañarse por tres meses.
En su asistencia al primer servicio, Roberto lo interrumpio como cuatro veces, porque hacia muchas preguntas y al finalizar le explique que tenia que permanecer en reverencia, a menos que se dijera que habia un tiempo para las preguntas.
Algunos miembros del concilio se me acercaron y me dijeron que no era conveniente que anduviera llevando a ese tipo de gente de la calle y aun mas si apestaban.
Les dije que no le cerraran las puertas a Jesucristo, porque en ellos es en los cuales debemos mostrar el amor, no en los sanos. Finalizando el servicio, nuevamente lo lleve a almorzar y alli me comento que habia otro ciego con el cual el habia hablado, de nombre Andres, que tambien estaba interesado en asistir a la iglesia.
Ya para el siguiento domingo eran dos los ciegos que lleve al templo, y asi se se fue incrementado la lista, hasta llegar el dia que tuve que hacer dos viajes y pedir refuerzos de otros hermanos por que todo el hogar ya estaba asistiendo a la iglesia. Habian mujeres y hombres, Eran seis ciegos y otros ancianos con enfermedades diversas, unos con depresion y otros que tenian que llevar los medicamentos a la iglesia.
El trabajo se incremento a mil por ciento, los gastos tambien ( yo le llamo inversion a los gastos de la obra de Dios ) porque todos siempre pedian algo, las mujeres algun perfume, sandalias, tarjetas para hacer llamadas telefonicas etc. A todos se les asigno a un maestro para que durante la semana lo visitara, y hablara con ellos, ademas de discipularlos, les era de gran beneficio saberse amados.
Cierto dia, Roberto me dijo que en Miami existia una institucion que era exclusiva para ciegos, siempre gubernamental, y que les proveia de materiales, tales como bastones, relojes con alarma y muchos equipos especializados a precios muy comodos, y que si les hacia el favor de llevarlos a los seis, porque ya tenian una cita.
Nos pusimos de acuerdo, pase por ellos. Uno a uno fueron subiendo y partimos para el centro de Miami, el cual es muy concurrido por turistas y empleados de diversas instituciones.
En el trayecto, iba pensando sobre como conducir a los seis ciegos, ya que el estacionamiento estaba lejos del lugar al cual ibamos.
Vino la voz de Dios a mi alma y me dijo:
-construye un tren con ellos, tu seras la locomotora y ellos los vagones.
Les explique el plan, y les dije que con su mano izquierda sujetaran el hombro derecho de la persona que iba adelante y lo siguieran con toda confianza.
Las calles estaban llenas de personas caminando de un lado a otro, y por esa razon les dije:
-A partir de este momento somos un tren, Dios me puso como la locomotora y ustedes los vagones, pero vamos a hacer el ruido que hace el tren, le vamos a hacer:
" chiqui chiqui chiqui chaca "chiqui chiqui chiqui chaca"
y el de atras le hara
"Uh uhhhhhhhhhhhh" Uh uhhhhhhhhhhhh ".
Todos ellos sonrian como niños, y arrancamos:
" chiqui chiqui chiqui chaca "chiqui chiqui chiqui chaca"
"Uh uhhhhhhhhhhhh" Uh uhhhhhhhhhhhh ".
Toda la gente se hacia a un lado, los que iban y los que venian,
y asi llegamos hasta el edificio al cual ibamos.
La gente nos miraba maravillados y los niños sonreian al ver el espectaculo del tren humano hecho con los ciegos.
Al llegar al ascensor y hacer el tiempo de espera, se nos acerco una trabajadora social, muy amable, la cual me pregunto el motivo de la visita y que estaba sorprendida al ver "el tren".
Cuando ella dio la vuelta, Roberto extendio su brazo, y cuando me toco me dijo:
hermano Jose Luis :
- ¿ es bonita la chica verdad?
le dije:
- si Roberto, es muy bonita
Entonces el sonrio y me dijo:
- Es que se me hace que usted le gusto a ella
todos sonreimos al unisono y mas aun, cuando le respondi:
-Oye Roberto.....ummm se me hace que tu miras.
Las vivencias de Jose Luis G.(Md.& Dr.), son originales,
con derechos reservados
y autoriza al pueblo de Dios para compartirlas, y colaborar en
el engrandecimiento del Reino de Jesucristo.
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