Date Posted:06/24/2018 8:15 PMCopy HTML
“¡Mi Porción eres tú, Señor! Algunos tienen su porción en la ciudad; su riqueza es abundante y fluye hacia ellos en corrientes constantes, hasta que se convierte en depósitos de oro. Pero, ¿qué es el oro comparado con tu Dios? No podrías vivir con ello; tu vida espiritual no se alimentaría con oro. Dáselo a una conciencia perturbada, ¿podría disipar sus angustias? Entrégalo a un corazón desanimado y fíjate si puede detener un solo quejido o dar una pena menos. Pero tú tienes a Dios y en Él tienes más que lo que el oro y las riquezas pueden comprar. Algunos tienen su porción en lo que los hombres amán más: el aplauso y la fama. Pero, pregúntate a si mismo: ¿no es tu Señor más para ti que eso? Si te aplaudieran y aclamaran fuertemente, ¿te prepararía o te alentaría ante el juicio? No, hay aflicciones en la vida que la riqueza no puede aliviar, y está la profunda necesidad en la hora de la muerte, para la cual la riqueza no puede proveer nada. Pero cuando tú tienes a Dios por tu porción, tienes más que todos los demás juntos. En Él, toda necesidad es satisfecha, ya sea en la vida o en la muerte. Con Dios por tu porción, sin duda eres rico, pues Él suplirá a tu necesidad, consolará tu corazón y aliviará tu dolor, guiará tus pasos, estará contigo en el oscuro valle y luego te llevará a casa a disfrutar de Él como tu porción para siempre.
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